Era como si todo lo que hubiera vivido se convirtiera en un sueño... no en un sueño: ES UNA PESADILLA.
Los gritos de mis seres amados retumbaban en mi cabeza... Quería callarlos pero mis labios no se abrían.
Ellos se acercaban a pazo lento. Sus miradas se sentían como cuchillas que perforaban mi piel lentamente.
Mi Jacob... su imagen recorría mi cabeza una y otra vez pero no lo veía.
es muy poco pero suficiente para continuar leyendo
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